Agradable sorpresa: Ford Mustang de tercera generación
Caminaba un sábado por la noche en busca de un amigo, móvil en mano, cuando en el sentido contrario a mí, vi aparecer un coche de aspecto sencillo y por qué no decirlo, barato. No era la primera vez que veía un Mustang de tercera generación, aunque esta vez consiguió en mí un sentimiento de sorpresa y tal vez de deseo. Quizás tiene que ver el gorgoteo de su V8 una vez pasó por mi lado.
La agradable sorpresa que me brindó este Mustang, casi idéntico al de la foto, a excepción de su interior no solo tiene que ver con una cuestión de sonido. Hay algo más que trataré de explicar a lo largo de esta entrada.
Probablemente el Mustang de tercera generación sea uno de los modelos más denostados de la saga, formando parte del paréntesis en los que se encuentra la segunda, tercera y cuarta generación. Aunque sin duda hay apasionados de estas generaciones, el regreso del Mustang tuvo lugar a bombo y platillo en 2005. Así lo anunció la marca y también la prensa, dejando caer que no se sintieron del todo orgullosos con sus predecesores.
Esto se consiguió con la vuelta del diseño retro, una gama solo conformada por el motor V8 y mucha potencia.
Esta tercera generación comienza en 1979 con un estilo totalmente renovado y sobretodo europeo. Desde Ford, claudicaron ante el diseño del viejo continente, que en EEUU empezaba a tener su auge con los modelos importados que además de su estética eran más eficientes. No solo los modelos europeos tenían la culpa, la crisis del petróleo y el endurecimiento de las normas anticontaminación hicieron el resto.
En sus primeros años a la venta su nuevo enfoque no caló entre el público, aunque esto no se transformó en malas cifras de ventas, su público tuvo un periodo de adaptación al que se acostumbró. A pesar de sus buenas ventas, los apasionados seguían echando de menos versiones más potentes y un diseño más americano.
Aunque no cambió su aspecto a uno más americano, la llegada de Ford Mustang GT en 1982 haría caso a muchos aficionados que pedían una versión más radical. Este montaba el tradicional V8 de 5.0, aunque siempre se había ofrecido con un motor de ocho cilindros, estaba generación también se ofrecía con cuatro y seis cilindros.
A partir de ese año, en 1984, se verían más versiones prestacionales como el Ford Mustang SVO, que montaba un motor de cuatro cilindros turboalimentado. Un año antes, llegaría en 1983 el protagonista de hoy, el Ford Mustang Convertible. Los modelos descapotables habían desaparecido del catálogo con la primera generación, diez años atrás.
 |
| Ford Mustang Convertible de 1983 |
 |
| Ford Mustang Convertible de 1987 fruto del profundo restyling de ese año |
Este último restyling es importante por dos motivos: sería el que terminaría la tercera generación en 1993 y es el que nos ha llevado y nos devuelve a la primera foto, el modelo de "la agradable sorpresa".
Como comentamos en los primeros párrafos la sorpresa con el Mustang de tercera generación no solo fue una cuestión del escultural sonido que salía de su V8, sino por su estética. Y sí, el aspecto más criticado es el que hizo que empezara a valorar esta generación.
A pesar que lo califico como coche de aspecto sencillo y hasta barato, creo que su aspecto europeo juega a su favor. Con el último restyling que sufrió se asemejó a los Ford que estábamos habituados a ver en el viejo continente y eso lejos de quitarle exotismo se lo añadió. Al fin y al cabo era como ver un Ford Sierra. Ford Escort o incluso Orion con tracción trasera, un gran V8 y descapotable.
En definitiva, el encuentro fortuito con este Ford Mustang Convertible, me abrió la perspectiva de una de las generaciones más olvidadas del mítico modelo americano, consiguiendo que me entrara por la vista y el oído.
En Garaje 22 ya tienes un hueco.
Fuentes: Motorpasion.com
Cochesclasicosdehoy.com
Sígueme en Twitter: @Garaje_22
Si te resultó de interés la entrada, pulsa el botón G+1. Así el blog llegará a más gente. Gracias.
El grave problema que han tenido todas estas generaciones de esos ilustres muscle cars que tuvieron que reconvertirse para poder seguir existiendo siempre ha sido el tener arrastrar con el gran legado de sus predecesores, por lo que han sido en mucha ocasiones injustamente infravalorados aun siendo grandes y magníficos coches.
ResponderEliminarUn saludo ;)
El peso del nombre ha hecho que muchos de estos modelos reconvertidos se hundan. Seguro que el nuevo Eclipse Cross es un magnífico SUV, pero su nombre ya ha creado una cierta polémica que hagan que no brille por si solo (un ejemplo algo radical)
EliminarSaludos!
Un agradable descapotable a medio camino entre dos mundos el yankee y el europeo para pasear a cielo descubierto, gozando de la tranquilidad y comodidad del par de un enorme motor y un cambio automatico.
ResponderEliminarSaludos!
Es el coche perfecto para pasear entre las palmeras de California un atardecer.
EliminarSaludos!
Enhorabuena por el post.
ResponderEliminarEn modelos como este Mustang es cierto que pasan un poco mas desapercibidos al tener muchas similitudes con modelos Ford que estábamos muy acostumbrados a ver en lascalle.
Ahora, pasados unos años te das cuenta que es una verdadera joya.
Una cosa que echo en falta, como toda la humildad lo digo, es alguna imagen de los interiores. Es algo que muchas veces se ignora, pero que también trasmite mucho de la personalidad del modelo y época del mismo.
Un saludo
Gracias por tus palabras. Este modelo particular de Mustang llevo viendo toda mi vida y hasta ahora no le ví su "aquel", tiene su encanto y su estilo, cuando hasta hace muy poco no se lo veía. Los coches y la vida te dan una segunda oportunidad de apreciar aquello que en un principio no tenías.
EliminarRespecto a las imágenes interiores, es una buena idea, como bien dices también transmiten mucho de la esencia de un coche. Se pondrán más imágenes de los interiores.
Saludos y gracias!